Nutricionista Dietista
Esp. En NH, Mg en CANH
Profesora Universidad de Antioquia
Últimamente se habla con mucha frecuencia de la necesidad de ingerir cantidades adecuadas de ácido fólico, pero en torno a esta recomendación surgen muchas preguntas como las que tratamos de resolver a continuación.
El ácido fólico hace parte de las vitaminas del complejo B, las cuales contribuye a formar los glóbulos rojos (la sangre) y las células en el organismo. En la dieta existen dos formas de obtener este nutriente como folato que corresponde a la forma contenida en algunos alimentos naturales y el ácido fólico que es la forma sintética y se encuentra en los suplementos y en los alimentos enriquecidos. El término FOLATOS incluye la forma natural y la formula sintética, por esto se continuará empleando este término.
Cereales fortificados, hígado, leguminosas (fríjol, lenteja, garbanzos y soya), germen de trigo, remolacha, aguacate, naranja, brócoli y coliflor. Sin embargo, los folatos de los alimentos se pueden perder durante los procesos de manipulación y cocción y su absorción es limitada, a diferencia de lo que sucede con ácido fólico (presente en los suplementos) cuya absorción es muy eficiente..
La deficiencia de folatos ocasiona anemia megaloblástica, enfermedad que se caracteriza porque el número de glóbulos rojos es insuficiente y su tamaño es más grande de lo normal. Cuando se padece anemia no le llega suficiente oxigeno a los tejidos y esto produce cansancio, debilidad, falta de interés en actividades cotidianas y "pereza" para trabajar. El consumo insuficiente de folatos también se ha asociado con mayor riesgo de enfermedad cardiaca, infarto y cáncer de colon.
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